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lunes, 25 de noviembre de 2013

Tran - Gutapercha / Plurilópez

A menudo, cuando tengo que documentarme para un post de estos (porque yo no me invento todo lo que digo, ¿eh? Busco a otros que se lo inventan por mí), tengo la enojosa sensación de llegar tarde. Ya me supo mal que Jorge Bayona Url hubiera muerto en La Floresta meses antes de empezar este blog. Y justo ahora que había escaneado algo de Tran (José Luis Beltrán: Zaragoza, 1931) y consulto su biografía, me entero de que murió en Sitges el pasado octubre. Sin que ni mi TL de Twitter se diera cuenta.



Como Jiaser, Tran fue otro pintor/comiquero de la era Bruguera. Tiendo a pensar que pintor por vocación, comiquero por un sueldo fijo. Empezó en Tío Vivo en 1960, creando varias series (las más recordadas, Tete Gutapercha y Plurilópez). Las historietas que ilustran esto son de c. 1980; en el Mortadelo refundido de 1984 ya no hay material suyo. Hasta donde he visto, pocos guiones escribía él; sin embargo, según alguna entrevista, el personaje de Gutapercha (un decorador) tenía bastante de autobiográfico, y deduzco que el de Plurilópez (un pluriempleado) también, por razones obvias.

Lo cual mola. Porque siempre que se habla del retrato social en los personajes de Bruguera clásicos, se citan los casos que retratan la cara más gris y grotesca de la posguerra (Carpanta, Doña Urraca, etc.). Por contra, los personajes de Tran retratan una faceta más ligera: la clase media de los 60 y 70, con su esperanza de prosperidad. Y lo hacen bien: Tran captaba los detalles estéticos de la época, su moda entrañable de cuellos altos y pantalones acampanados. El mismo diseño de Plurilópez es sintomático (nótese el cigarrillo en todas las viñetas): se parece a nuestros padres de jóvenes, pero no a nosotros. Y mirad la compañera de Gutapercha, qué vintage:



(Y sí, este es el típico ejemplo de cosa que hace que un autor me haga gracia hoy, pero que no ganó mi atención cuando era crío. Pero claro, afrontémoslo: las aventuras de un decorador, así, como premisa, no es para enloquecer a una guardería.)

"Cumbres", Humberto Tran.

Tran murió sólo un par de semanas después de inaugurar exposición en una galería de Sitges. En ella se exhibía la obra que produjo tras apartarse del cómic. Podéis ver más en la web de la galería.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Jiaser - Pepe Trola

Algo que me sorprende de los dibujantes de cómic de antaño es que muchos no eran dibujantes de cómic.

Creo que eso ha cambiado. Diría que casi todos aquellos dibujantes de cómic profesionales con los que tengo trato (o sea, muchos de El Jueves y pocos más) son dibujantes a tiempo completo. Si tienen proyectos paralelos, que suelen tenerlos, también tienen que ver con el cómic. Algunos se dedican también a la ilustración, que sí, es harina de otro costal, pero no veo que su cambio de registro sea muy drástico. Y sí, otros tienen pluriempleo (me han hablado de un juevero que cuando no está dibujando trabaja de tanatopráctico), pero diría que su única expresión artística es el cómic.

Sin embargo, ¿a vosotros no os llama la atención que la persona que dibujaba esto...
 

 ...en su expresión artística más libre hiciera esto?



Pues este era José Antonio Serna Ramos (1927-2011), Jiaser o Jia en el cómic. Nació en Alicante y en los 50 se fue a París a dedicarse a la pintura. En 1975 volvió a España, ya casado, y creó para Bruguera series como Pepe Trola, Cucaracho o Maff y Osso. Tengo pocos ejemplos de su obra, pero los guiones nunca son suyos.




En la época Bruguera, entiendo, la profesión de dibujante de cómics era muy exclusiva. Pocos autores tenían tanto trabajo como para vivir sólo de eso, y tampoco es que el oficio tuviera un gran prestigio, así que artistas con otros intereses recurrían a la historieta para poder comer. (Por precario que parezca el cómic, la pintura lo es más.) El caso de March, el de Tranqui y Tronco, guarda algún parecido.


Yo no diré que de pequeño prestara mucha atención a las páginas de Pepe Trola. Pero descubrir que detrás de ellas había un artista tan complejo ahora me hace mirarlas con otros ojos.

Y por cierto: hay un Flickr.