Contexto: L'Avui dels Súpers era como el Pequeño País del diario catalán Avui (hoy El Punt Avui), coordinado con el Club Súper 3, programa infantil de Televisió de Catalunya. En mi casa no se compraba el Avui porque ya se sabe que el diario que lee cada uno es lo más parecido a un sistema de castas que tenemos en occidente, y a nosotros no nos tocaba el Avui. Pero a mi tío sí, y lo compraba cada sábado para darme a mí el suplemento. Los tengo todos (suponiendo que sólo salieran cuarenta, que creo que sí). Resulta que la revista dels Súpers llegó oportunamente en septiembre de 1994; por esa época, a mí, de Ediciones B, ya sólo me gustaban Cera, Ramis y Jan; no valía la pena comprar el Mortadelo para seguirles sólo a ellos. L'Avui dels Súpers trajo una nueva remesa de autores (¿de relleno?) que no podía venir en mejor momento.
Pero L'Avui dels Súpers se lo curraron. Había alguno de los autores tradicionales (Picanyol, sin ir más lejos), y alguna portada de señoras, pero casi todo el resto de series era de verdadera masturbación sensorial. Hecho por algunos autores conocidos, aquí hablando en su otra lengua materna, y otros que empezaban entonces, pero a los que ahora conozco muy de cerca. Mucho. :D
De las dieciséis páginas de la revistilla, sólo tres o cuatro traían contenido relacionado con el Club Súper 3 en sí. La primera, con el tema principal del número, corría a cargo de Joan Tharrats y Vaquer, de fama juevera. Curiosamente, esta era la época en que los experimentos de Vaquer con el Mac desconcertaban a los fans del dibujo bonito de Johnny Roqueta, pero en las páginas del Club Súper 3 quedaban bien. Yo flipaba con ese trazo acelerado (aún lo hago) y la composición a golpe de copypaste encajaba bien con el programa de televisión, que era un formato contenedor como el que luego copiaron TVE con Pinnic o Antena 3 con Megatrix. Y ahora que me acuerdo, había una tía en Pinnic que tenía un polvo con amor. Ya está, hasta aquí mi digresión obscena.
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Petri, Supernets y Noti. A mí, eso de dibujar tipazos en tres trazos siempre me fascinará. |
Por cierto, un ejemplo de absorción deliberada:
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Las bambas de Flash, Top i Buf. | Las bambas de Xavi en Edgar trabaja. |
Y ahora, las series.
(Discléimer: lo que viene ahora es un montón de historietas en catalán que no he encontrado traducidas y que, tras considerarlo dos segundos, he decidido no traducir yo, más que nada porque no me apetece. Si es su voluntad, siéntase usted libre de ofenderse mucho por esta flagrante marginación y de irse a la mierda y desde allí escribir al director del ABC quejándose de historietistas que hacen cosas en lenguas que usted no conoce sólo por fastidiar. A los demás, os invito a intentar leerlas; vale la pena el esfuerzo extra. Y joder, es catalán, no uzbeko.)
Como en toda revista juvenil catalana, no podía faltar la sección de rollo cau/casa de colonias hablando de la naturaleza y la biorriqueza patria y blablablá. Pero ¡oh!, esta vez viene ilustrada con chistes buenos, no ingenuos, y con referencia pop incluida. Y los firma un tal... ¿Manel Fontdevila? ¿De qué me suena a mí ese nombre?
Esta sección se acabó a las veinte semanas. Entonces, el tal Fontdevila estrenó una página completa: S'ha acabat el pati! ("Se acabó el recreo"), protagonizada por el joven Eloi, amante no correspondido de la bella Mireia. Igual la nariz y el pelo de Eloi, y Mireia entera, os recuerdan a alguien.
El golpe estético es como para provocarle o curarle la epilepsia a mi yo de 13 años. Vengo de Bruguera y B, de Ibáñez y sus discípulos, de un mundo de eternos planos laterales encajados en viñetas de altura homogénea. Sé que existen Marvel y el manga, pero quedan lejos, como la mili. La flexibilidad de estas páginas es como descubrir de golpe dos dimensiones extras y seis colores nuevos en el arco iris. Solo la tercera viñeta (contrapicado, escenario, sombra dramática) se mea sobre seis kilos de álbumes Olé embalados para el trapero.
Otra de regalo. En esta, los jueveros reconocerán más al guionista, creo.
No quiero restar un ápice de mi admiración a Beroy, pero no es sólo Beroy. Els fabulosos Mallofré es una serie mensual; se turna en la revista con otras igual de potentes. En el número siguiente, se nos presenta El Bosc Feréstec, S.L. ("Bosque agreste, S.L."), una agencia de talentos en un mundo de hadas y dragones. Firma el colectivo La Penya. (Yo aún no había descubierto la opus magna de La Penya, Mondo Lirondo. Ah, y por si alguien no lo sabe: La Penya son Àlex Fito, José Miguel Álvarez, Ismael Ferrer y Albert Monteys. Oh. Sí.)
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Es difícil determinar quién hace qué en La Penya, pero yo, que me jacto de conocer a Monteys, quiero ver su huella en el chiste de la tercera viñeta ("Bhaf no viene porque está enfermo, y Whouf tampoco porque no existe, te lo has inventao"). Gracioso.
Maldita sea; pongo otra, porque son demasiado buenas:
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Va, la última, la última. Es que el gag de esta primera página me parece perfecto.
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Bueno, venga, sigo antes que me denuncien por infracción de copyright. A mitad de la revista, Ismael Ferrer saca el pie de La Penya un momento para firmar una serie propia. Como Súper 3 es en parte responsable de descubrirnos el manga a nuestra generación, parece justo que la revista cuente con una serie de ese estilo: Eli i la iaia Makuto, crónica del verano que una adolescente pasa con su abuela ninja en un pueblo de locos típicamente nipón.
Móar. Otro clúster de autores que firma como Frankfurt (pero que la cabecera anuncia como Alfons López, Rafel Vaquer y Xavier Roca) vuelve a tirar el Paint Shop Pro por la ventana con Star Craks, transportistas intergalácticos. Otra tanda de dibujos humillantemente rápidos y molantes.
La última serie en rotación: Pasqual Ferry crea a una chica llamada Lluna (no, no saquen conclusiones), más emo que ninguna chica mona y más mona que ninguna chica emo, y le da un noviete al que no se puede llamar por teléfono: hay que invocarle en un pentáculo. La serie se llama Als llimbs ("En el limbo"). Es una verdadera pena que sólo se publicasen (creo) tres entregas; los personajes me hacen caer la baba aún hoy. Pasqual Ferry se fue a trabajar a la Marvel y ahora es el dibujante de Thor.
Última for justice: a Joan Gómez (lugar y fecha de nacimiento desconocidos) yo le tenía más por ilustrador que por comiquero, porque cuando le reencontré en L'Avui dels Súpers me sonaban los dibujos de un libro de ciencias que tuve en la EGB. Gómez había estado en Tretzevents, de donde creo que reciclaron la serie Els somnis de l'Anna ("Los sueños de Anna"). Aunque menos gamberra que todas las series anteriores, era una de mis favoritas: esa profusión de detalles que se gastaba prorrogaba la lectura.
Vale, ¿veis ese monstruito verde y encorvado a la izquierda? ¿El que parece tener un solo ojo?