sábado, 28 de septiembre de 2013

Helados que ya no existen (o sí)


 Bueno, en realidad sí que existen, pero como el verano aún dura, la sección también. (1990.)

viernes, 27 de septiembre de 2013

Corrección política de qué (I)



No hay cojones de publicar algo así en 2013. (Vázquez: La familia Churumbel, c. 1960; republicado en 1980.)

martes, 24 de septiembre de 2013

Publicidad



Hay gente a la que le preguntan: "¿Colacao o Nesquik?", y responde solemne: "Nocilla instantánea." Luego se va a casa y no folla en los siguientes veinte mil años.

1980.

domingo, 22 de septiembre de 2013

March - Tranqui y Tronco


Aunque me dice la Wiki que Joan March nació en Granollers en 1952, en mi archivo mental le tengo por uno de los autores de relleno jóvenes. Quizá porque fue uno de los pocos que sobrevivieron a la transición Bruguera-B y pasaron a figurar entre los autores de relleno de la siguiente generación, como Cera o Ramis.

Creo que Tranqui y Tronco nacieron hacia 1984, en la última etapa del Mortadelo de Bruguera. En principio, los dos protas eran músicos, pero recuerdo pocas páginas que tuvieran que ver con música. Hay quien los enmarca en el contexto de la Movida Madrileña, pero me suena a justificación de bruguerólogo —aunque admito que Tronco, en la cabecera de arriba, es Pedro Almodóvar con gafas—.  Al final, Tranqui y Tronco eran un cascarrabias y un ingenuo que compartían piso, no pagaban alquiler, había un jefe que les encargaba misiones, y todo acababa siendo bastante mortadeliano.

Menos el dibujo. El dibujo es el antimortadelismo. Donde Ibáñez usa línea clara y formas redondeadas, el estilo de March es apresurado, brusco, de trazos rectos que parecen rayados sobre la mesa. Donde otros personajes están graciosamente proporcionados, los de March son exageradísimos. Y nerviosos y gritones.

(Nota: Con todo esto quiero decir que mola. Se entendía, ¿no?)



El estilo era aún más agresivo y apresurado al principio, en los primeros 80. Igual porque, contando su otra serie, El Mini-Rey, March entregaba 7 páginas por semana.



Por lo que he leído, March sólo dibujaba tebeos cuando no conseguía vender cuadros. No era el único. Por aquel entonces, el verdadero artista era el bohemio. El cómic no tenía valor artístico alguno; sin embargo, Bruguera lo pagaba. Bueno, hasta que dejó de pagarlo.

March desapareció del mapa comiquero hacia 1992. Cuando conocí a Jordi March al entrar en El Jueves, no pude evitar preguntarle si eran el mismo.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

martes, 17 de septiembre de 2013

Lo que ocurrió en mi empresa


Ratas que no sólo abandonan el barco, sino que encima señalan y ríen: Ibáñez colando coñas sobre la debacle de Bruguera en la revista Guai!, de Grijalbo. Gracioso.

La viñeta es del álbum El arca de Noé II, de Chicha, Tato y Clodoveo (1988).

martes, 3 de septiembre de 2013

Marco - Porrambo

José Luis Marco Gracia llegó al Mortadelo en la primera época de Ediciones B. Tenía un estilo tan característico que yo creí reconocerlo en libros de texto de 5º de EGB. Nunca supe si era él o alguien de su misma escuela.

De hecho, quizá Marco fue de los primeros dibujantes de relleno con un estilo realmente distinto, propio del vanguardismo gráfico de los 80. Cera me parecía mejor, pero no dejaba de ser muy Ibáñez; Ramis era diferente, pero no tanto por guay como por torpe (con cariño). Marco era distinto-bien. Su trazo es agresivo, tenso, con volumen. Cuando el personaje está en movimiento, parece más agarrotado que uno de Cera o Jan; en cambio, cuando está quieto, tiene más energía que aquellos.


De sus diseños para la serie Porrambo (1987), creo que me marcó el perro (llamado Héroe o "perro"). Tenía una pose que he imitado muchas veces, y lo del hocico que ocupa toda la nariz lo tengo muy interiorizado. Pero me fascinaban aún más Yin y Yang, los "malditos amarillos", simpáticos villanos para los que Marco prescindió no ya de pupilas (como suele hacerse con los personajes asiáticos), sino de ojos y de cara.

Lo de acentuar palabras sólo por énfasis también es un rasgo muy suyo.
Y, como nazi ortográfico, sólo se lo consiento a él.
Si alguien más lo hace, es un cateto.
Años después, me acordé de los malditos amarillos cuando tocó diseñar al maestro Dao Ni Jr. para unas tiras de Edgar trabaja en El Jueves donde se me fue mucho la flapa.

Y miren qué dedos más guays. Y qué letra. Los de la izquierda, digo.

La otra creación de Marco es Jarry Jarrón; la guardo para otro día.