Lo de las camisetas debió de salir muy bien (preguntad a vuestros abuelos el hartón de camisetas de Mortadelo que se veían por las boites más yeyés), así que el siguiente paso era evidente:
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Las comillas en el texto de Anacleto me producen gran confusión. ¿Sales en "ellos", Anacleto? ¿En "ellos"? ¿Hay alguna lectura entre líneas aquí que se me escapa, Anacleto? |
Voy a aventurar que, si se hubiera estampado un solo pijama de Mortadelo, ni que fuera de prueba, lo habrían fotografiado para esta promoción. Posiblemente con una persona dentro. De lo que deduzco que estos pijamas, sencillamente, no existieron. Jamás.
Lo cual es... ¿positivo? No estoy seguro. Porque yo no me pondría un pijama de esos ni a punta de pistola, pero a mi edad (44 años) uno ya ha descubierto que hay en el mundo unas pocas personas, poquísimas, escogidas, que son bellas infaliblemente, en cualquier tesitura y en cualquier atuendo, hasta el punto en que las imaginas en los artículos de vestuario más atroces posibles sólo por poner su don a prueba y confirmar que su sensualidad seguiría ilesa, inmitigada. Y esa permanencia, esa esquirla de verdad absoluta, te consuela y te ayuda a sobrevivir el lodazal de incertidumbre que es la vida.
Todo esto es para decir que cuando he encontrado esta página en un tebeo de 1972, INMEDIATAMENTE he pensado en Kristen Stewart en un pijama de invierno de Zipi y Zape. Y en que seguiría siendo maravillosa.
(Y sí, acabo de hacer una secuela a un post de 2013. Porque me apetecía hablar de Kristen Stewart. Mira, dejadme en paz. ¿Os digo yo cómo hacer vuestros blogs?)
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