viernes, 23 de agosto de 2013

Jesús de Cos & Miguel - Fernández


Revisar tebeos viejos es peligroso.

Supongo que pasa con todo lo que te acompañó en tu infancia. Pero con los tebeos, más. Porque de niño (yo tenía aún 6 años cuando salió el número de Súper Mortadelo del que he escaneado estas viñetas), una revista no es algo que consumas en un día, efímero como un programa de tele. Es algo que lees a tu ritmo (que suele ser lento), que relees varias veces, y que luego puede pasar años ahí, merodeando por tu habitación, de la pila a tu mesa y de la mesa a la cama, siempre ofreciendo las mismas historietas concretas, únicas, que te sabes de memoria. Sin entusiasmarte, casi deprimiéndote a veces, pero consolándote gracias a su familiaridad.

¿No os pasaba esto? A mí sí.

Revisitando esas revistas de mayor, recuerdo el tiempo perdido en esas páginas (nah, perdón; "perdido" suena muy duro: invertido). Sobre todo en las de relleno, las que no me divertían especialmente, las que entonces no apreciaba. Y a veces me doy cuenta de cuánto influyeron en mi maleable cerebro sin darme cuenta. En serio, esto es preocupante: dudo que los autores seamos conscientes del poder que tenemos sobre un lector infantil, de cómo una pose o una frase poco pensada se le quedará grabada de por vida.

Por ejemplo: ahora veo a la hada Morgana y pienso: ¿de dónde coño me creía yo que había sacado el anacrónico peinado de Punker, personaja con quien he hecho dos novelas y un proyecto de sitcom?


La historieta, por cierto, es Fernández, con guion de Jesús de Cos y dibujos de Miguel, uno de los autores que llegó para la última etapa de Bruguera y primera de Ediciones B.

Revisando tebeos viejos, también, puedes hacer justicia a esos autores. Miguel dibujaba muy bien. Y metía pibones. Eso siempre se agradece.

Otra ventaja de la época moderna es que todo lo que a uno le costaría trabajo descubrir en los 80 sobre esos autores (por no dar, las revistas no daban ni lista de colaboradores) hoy está a un guglazo de distancia. Miguel Francisco Moreno (que contaba apenas 20 años cuando dibujó esto) es de Badalona, vive en Finlandia y sigue dibujando muy bien. Si algún día lee Vallvi, y espero que le guste, se habrá cerrado un círculo.

1 comentario:

  1. Miguel dibujaba muy bien pero era muy flojo como guionista. A primera vista eran una pasada pero siempre me decepcionaban. Tenía unos personajes que eran un grupo, no? Los deshauciados?
    Cómo estoy disfrutando con estos recuerdos!!

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